A pesar de estar diseñadas para amamantar, las madres lactantes en todas partes se encuentran con obstáculos similares, muchos de los cuales se pueden superar con intervenciones simples en casa (puedes leer más sobre esto aquí).
Candidiasis
La candidiasis es una infección micótica que puede afectarte a ti y a tu bebé.
Para ti los síntomas de la candidiasis incluyen:
- Ardor en los pezones
- Piel brillante y descamada sobre o alrededor de los pezones
- Dolores punzantes en el seno detrás de la aureola
Para tu bebé los síntomas pueden incluir:
- Puntos blancos suaves o manchas en la lengua o dentro de la boca, que no puede limpiar fácilmente.
- Una película blanca en los labios.
- Estar inquieto mientras se alimenta.
Los bebés con candidiasis oral se tratan con un gel o liquido antifúngico oral. Las madres con candidiasis se tratan con una crema medicada para pezones y/o píldoras antifúngicas.
Mastitis
La mastitis es una infección bacteriana en el seno. Puede ser causada por bacterias en la boca de tu bebé que ingresan a tu seno, o por una acumulación de bacterias por la congestión mamaria o conductos lácteos bloqueados.
Los síntomas de la mastitis incluyen:
- Hinchazón, dolor, calor y enrojecimiento de los senos.
- Fiebre
- Dolores en el cuerpo
- Fatiga
La mastitis a menudo requiere tratamiento con antibióticos orales. Ya en casa, después de haber visto a tu médico, continua la lactancia. Esto puede ser doloroso, pero ayuda a evitar complicaciones como un absceso (más sobre esto a continuación). Si es más fácil para ti, puedes extraer la leche del seno afectado y amamantar a tu bebé con el otro. Lo importante es vaciar continuamente el seno afectado. Tu médico puede aconsejarte sobre medicamentos seguros durante la lactancia como el acetaminofén o ibuprofeno para ayudar con el dolor. Usa compresas frías o calientes, con lo que veas mejores resultados, (evita compresas frías justo antes de amamantar, ya que pueden disminuir el flujo de leche). Por último, descansa y bebe mucha agua.
Abscesos mamarios
Si has desarrollado un absceso mamario por mastitis (o, en algunos casos, por un conducto lácteo obstruido varias veces), sentirás una protuberancia muy dolorosa, hinchada y llena de pus. La piel sobre la protuberancia puede estar roja y tibia. Los médicos tratan los abscesos drenándolos. Existen varias formas de hacerlo, según el tamaño y gravedad del absceso: aspiración con aguja, drenaje con catéter o incisión y drenaje quirúrgico.
Los expertos recomiendan seguir los mismos pasos en el hogar que lo que harías para la mastitis, incluida la lactancia materna o la extracción del seno afectado.
Frenillo corto (Anquiloglosia)
Algunos bebés nacen con el frenillo corto, apretado o grueso (el frenillo es el pedazo de tejido que conecta la lengua con la parte inferior de la boca). Un frenillo corto puede restringir el movimiento de la lengua, lo que a su vez puede interferir con la lactancia. Tu bebé puede tener esta condición si:
- Tiene dificultades para engancharse correctamente.
- Si no está obteniendo suficiente leche (lo que provoca hambre, poco aumento de peso y disminución del suministro de leche
- Parece frustrado mientras amamanta
Si tu medico determina que tu bebé tiene el frenillo corto, puedes continuar amamantando, haciendo ciertos ajustes (como usar un protector de pezón o extraer la leche y ofrecerla con un biberón). Dependiendo de la gravedad, tu medico puede recomendar un procedimiento menos en el que se corta el frenillo.
Los expertos en lactancia dicen que, si presentas estos problemas, y la lactancia es importante para ti ¡no debes rendirte! Con la orientación de tu médico o de un consultor certificado en lactancia, podrás examinar lo que está sucediendo y continuar con tu propósito.